Competencia entre festivales

Interesante artículo del periodista musical Nando Cruz sobre el excesivo aumento de cachés de artistas extranjeros, evidentemente derivado por la imparable fiebre de macrofestivales que ya llega a saturar las programaciones musicales. Chivado por Surfer rosa a Loveof74 y copiado desde su blog.

epila.jpg

La Feroz rivalidad entre festivales dispara los precios de contratación

Interesantísimo artículo publicado en El Periódico de Catalunya [12/03/07], por Nando Cruz. Lo dejo tal cual porque no tienen desperdicio.

En plena crisis de la industria discográfica, los festivales musicales viven una particular edad de oro. Y España no solo no es una excepción, sino que se ha convertido en un paraíso para grupos, mánagers y agentes de contratación, que sacan tajada de la feroz competencia que se establece entre los festivales del país. La inflación del mundo del pop empieza a dejar en evidencia a la del sector inmobiliario, pero, como afirma Gabi Ruiz, director del Primavera Sound, y corroboran otros promotores del país, “en España, los cachés de los cabezas de cartel, e incluso de artistas medios están muy infladosâ€?.
La situación ha llegado a tal punto que las agencias de contratación inglesas que gestionan las giras de la mayoría de artistas esperan frotándose las manos llamadas de teléfono de España. Un grupo como Arcade Fire, que en el 2005 actuó por el precio de los vuelos desde Estados Unidos, hoy pide 150.000 euros. También según Ruiz, PJ Harvey “actuará en España por el triple de lo que esperaba cobrarâ€?. José Cadahía, director del Summercase, no esconde que si quiere posicionarse en el sector ha de pagar más de la cuenta. “Hay que entrar a macheteâ€?, acepta, pero es “normal que cada uno quiera lo mejor para su empresaâ€?.

ZANCADILLAS
Ruiz reconoce que en España hay “guerra de festivalesâ€? que “afecta a todosâ€?, pero cree que enfrenta, sobre todo, al Summercase y al FIB de Benicàssim. Cadahía apela a la ley del mercado libre y no oculta sus intenciones: “Queremos que éste sea el festival de Españaâ€?. Eso sí, niega que haya enfrentamientos personales. José Morán, codirector del FIB, declina hacer declaraciones porque no quiere “echar más leña al fuegoâ€?. Pero añade: “Vivimos momentos extraños donde prima la ley del vale todoâ€? y, refiriéndose al Summercase, abundan “las zancadillas y la competencia deslealâ€?.
Pese al desorbitado aumento de cachés, la competencia hace posible que casi todos los artistas acaben en un festival español u otro. Y, como en una partida de póquer, casi cada semana un festival u otro echa nuevas cartas sobre la mesa. Hace unos días, el FIB confirmó a Bright Eyes, Calexico, Muse y el mítico trío de psicodelia brasileña Os Mutantes. El Primavera Sound hizo lo propio con Black Mountain, The Apples In Stereo y Sonic Youth, que tocarán íntegro el disco Daydream nation. Y el Summercase ha fichado a Lily Allen, Scissor Sisters y The Gossip. Hasta Barry Hogan, director del festival inglés All Tomorrow’s Parties, reconoce que “los festivales españoles son mucho mejores que los inglesesâ€?.
El espectador puede estar contento y las bandas aún más, pero Ruiz advierte de un peligro: que los grupos dejen de hacer giras. Es normal, opina, “si se sacan 15.000 euros por concierto en una gira de cinco fechas y le están pagando fácilmente 80.000 o 90.000 por ir a un festivalâ€?. Otro problema es la mitificación de que están siendo objeto las bandas de moda. The Gossip, joven trío estadounidense de disco-punk, pide el mismo dinero que Patti Smith por actuar en España. Pero, ¿cuántos discos han vendido aquí, cabría preguntarse? Trescientos.
Si en algo coinciden Ruiz y Cadahía es en que “se está generando un nuevo públicoâ€?. De hecho, todos los festivales están vendiendo más abonos que el año anterior. Así que Cadahía presentará en breve el cartel del Weekend Party, festival orientado a la electrónica que se celebrará en Barcelona en septiembre. Y en pocas semanas podría anunciar el nacimiento de otro festival para junio. “En este negocio o vas para adelante o vas para atrás y para que lo organice otro lo organizo yoâ€?, declara, sin temor a hacer la competencia a sus propios festivales.

CAPITAL EXTRANJERO
Su estrategia va más lejos: “Lo hago previendo el desembarco de multinacionales extranjeras. Ahora empieza la Champions Leagueâ€?, profetiza. Se refiere a una tendencia ya real tras la compra de la promotora Gamerco por parte de Live Nation, mientras el FIB de Benicàssim tiene capital inglés, y cuando Ticketmaster, líder mundial en venta de entradas por internet, ya posee Tick Tack Ticket. En el negocio de la música en directo en España todavía queda mucho dinero por ganar.

Nando Cruz

9 Responses to “Competencia entre festivales”

  1. ibon Says:

    Azken hilabetean (lehenagotik ere) jende askorekin hitz egin ahal izan dut kontzertuen prezioez, eta oraingo honetan Wilcok bilbon kobratu zituen 44 euroko sarrerak zirela eta. Hala ere, 1500 pertsona sartu zituzten Euskalduna jauregian, zintzo zintzo. Gainera, askok esaten zuten gehiago ere ordainduko zutela.
    Harira, David Saavedrak idatzitako artikulu hau topatu dugu sarean ta eztabaidari jarraipena emateko balio dezakeela uste dut:

    Sobredosis

    Foto: SOBREDOSIS Suele ser habitual en noviembre, pero me da la impresión de que este año la cosa ha ido a más. A continuación, hago un repaso por algunos de los conciertos en Madrid que han coincidido o van a coincidir: Damon & Naomi y iLiKETRAiNS (día 3), New York Dolls y Humbert Humbert (7), Interpol y Perry Blake (8), Wilco y Uke (9), Rufus Wainwright y Bonde do Rolê (12), Super Furry Animals, La Casa Azul y Satellites (16), Editors, NOFX, La Casa Azul, Gogol Bordello y Los Carradine + Manos de Topo (17), Marilyn Manson y Devendra Banhart (20), Concierto Low Club On Stage, Jay Jay Johanson, Kiko Veneno y Josh Rouse (22), Spoon + Explosions In The Sky, Vive La Fête, Cooper y Limousine (23), Mala Rodríguez, Charades y Líneas Albíes (29) y, como traca final, Two Gallants + Blitzen Trapper, High On Fire + Pelican y Air + Au Revoir Simone (1 de diciembre). Entre todo esto, también están citas como el Tanned Tin de Castellón o el Primavera Club de Barcelona.

    Pese a esas teorías apocalípticas que algunos esgrimen todavía sobre la muerte de la música, la industria está, probablemente, en su mejor momento histórico en España

    Un compañero me decía que, contrariamente a lo que se piensa y reconociendo (como yo) no saber nada sobre leyes económicas, en este caso la mayor oferta genera mayor demanda. Lo que se podría considerar una especie de suicidio mercantil, teniendo en cuenta que, aparentemente, el público no es tanto ni tiene tanto poder adquisitivo, no lo es a tenor de algunos datos: la rapidez con que se han vendido las (carísimas) entradas para Interpol, José González, Arctic Monkeys o Bruce Springsteen (otros conciertos estrella de este mes) o que, por ejemplo, La Casa Azul haya agotado con bastante margen sus dos conciertos en El Sol (lo que deslegitimaría la teoría de que la mayor afluencia a directos en Madrid se debe a la cada vez mayor presencia de población extranjera). En cualquier caso, hemos entrado ya en la dinámica europea –hasta ahora desconocida aquí- de tener que enterarse de qué día salen las entradas a la venta de un concierto porque se pueden agotar con meses de antelación.

    Sigo sin adivinar las causas de esta especie de milagro de los panes y los peces pero, lo que está más claro que nunca es que, pese a esas teorías apocalípticas que algunos esgrimen todavía sobre la muerte de la música, la industria está, probablemente, en su mejor momento histórico en España. Eso, pese a que las salas empiezan a quedarse pequeñas, siguen ofreciendo una malísima relación calidad-precio en cuanto a condiciones de comodidad, visibilidad y sonido y, salvo excepciones, siguen tratando bastante despóticamente a la gente (los casos de conciertos que son cortados a una hora porque hay que empezar la sesión discoteca son todavía frecuentes).

    Otra cosa que pienso es que el público tiene más cultura musical que nunca. Vale: pongamos matices a esta provocadora proposición. Probablemente no sea así a nivel general, pero yo sigo flipando con la cada vez más habitual sensación de asistir a conciertos de grupos internacionales más o menos emergentes (me estoy acordando de Amiina, por ejemplo) y ver que hay un considerable número de gente viéndolos y que, además, conoce las canciones. Es algo que me sigue sorprendiendo: hablamos de artistas que no salen en televisión ni suenan en la radio (recordemos que, a nivel generalista, las radiofórmulas nostálgicas han matado cualquier intento de programar novedades, y las radios libres cada vez son menos). La explicación está clara: el intercambio de archivos por Internet y la amplia información sobre música disponible en la red, ya sea en revistas online como ésta, en todas las internacionales, o la multitud de blogs que sale de debajo de las piedras, está teniendo una fuerza que mucha gente todavía desestima.

    A tenor de una conversación parecida a ésta, otro compañero me tendía una pregunta-trampa. ¿Tiene sentido la labor de los periodistas profesionales especializados ante este maremágnum? Yo mismo me lo he llegado a plantear. Todos los días me encuentro con alguna persona, simplemente aficionada a la música, que va meses por delante de mí: que conoce a tal grupo emergente de no se donde que está arrasando en tal blog y que se va a poner de moda dentro de cuatro meses y que tiene dos singles cuando yo todavía estoy intentando asimilar a aquel grupo cuyo álbum salió cuatro meses atrás. Esas cosas me desbordan y me frustran. Como consuelo, pienso que nuestra labor debería consistir en poner un poco de orden. Esto es: entre tanta sobredosis de novedades y hypes, situar cada cosa en su contexto, separar en la medida de lo posible el grano de la paja y, dentro del bagaje de cada uno (bastante corto en mi caso) poner un poco de perspectiva histórica para que las referencias no se pierdan. Labor, desde luego, no muy fácil y para la que no estoy seguro de que estemos suficientemente capacitados.

    Mientras tanto, capeamos el día a día escribiendo en una prensa musical que cada vez es más un conjunto de previos de conciertos que otra cosa, con promotoras, festivales y salas como anunciantes que, también ahí, están ganando terreno a las discográficas. Hay, como en todo, excepciones, pero parece que ese va a ser el camino a seguir. Supongo que es bueno para todos, aunque también una rutinización peligrosa para la profesión. Quiero ser optimista, para los grupos es una situación realmente estupenda, pero cuando veo el vaso medio vacío (que es algo mucho más frecuente de lo que me gustaría), pienso en si no nos aburriremos muy pronto de esto. Y, si el público se va, lo demás no tiene sentido. Cuidado con morir de éxito.

  2. ibon Says:

    Hemen duzue beste artikulu bat, urtebete geroago.

    Hau da, lehenego artikuluaren zenbakiei pare bat zero gehiago gehitu…

    http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Guerra/feroz/trono/reino/festivales/elpepisoc/20080531elpepisoc_1/Tes

    Aquí va otro artículo, actualizado un año más tarde.

    Es decir, pongámoles dos ceros más a las cifras que cobraban el año pasado:

  3. ibon Says:

    Bueno, y Tom Waits ha vendido todas las entradas en unas horas, a 133 euros. Es decir, cada entrada vale menos de lo que cobramos muchos de por aquí por tocar en muchos conciertos…

  4. xabi erkizia Says:

    Espeluznante artículo el de el país….
    La verdad es que esto tiene pintas de reventar, y lo peor será que de haber tantas cosas quizás pasemos a una época de recesión donde nadie se atreva a organizar un festival por miedo…quién sabe…
    Es el peligro que conlleva pasar de la música de local a la música-espectáculo…
    pero mientras tanto, como en el caso de Waits (aún siendo una excepción porque apenas toca en Europa) las entradas se venden… No sé si por el “yo estuve alli” y por la exclusividad o por el interes musical… pero desde luego si comparamos las cifras totales de ventas de este concierto con las cifras que comenta el artículo estamos hablando de un caso quizás no tan exagerado…
    buff… a donde llegará todo este asunto?

  5. ibon Says:

    A mi en el caso de Waits me parece que el mismo artista es el que no debería permitir precios de ese calibre.
    De todos modos, tambien es cierto que el dinero que va a sacar Waits por tocar en el kursaal se lo están pagando a grupos por tocar a las 5 de la tarde en festivales. Imagino que le habrán ofrecido muchas veces tocar en festivales por bastantes ceros más, y él se habrá negado.
    Aun así, no me parece excusable.
    Lo que está pasando es capitalismo salvaje, la ley del más fuerte. Summercase sabe que está haciendo algúnos festivales por los que está palmando pasta, pero de mientras están jodiendo a otros. Ellos mismos lo reconocen, saben que van a palmar pasta durante 3-4 años, pero luego se van a quedar con todo el mercado. Si no viene otro con más dinero y les come a ellos antes, claro.

  6. xabi erkizia Says:

    La verdad es que me extraña bastante todo este tinglado, porque ya hace años que grupos como Fugazi incluso Pearl Jam plantaron cara a Ticketmaster y este tipo de compañias que inflaban los precios de las entradas…. pero parece que aquí será dificil que ocurra algo así, porque entre otras cosas el problema de la disminución de ventas de discos parece que justifica todo… o por lo menos parece que legitima que las entradas sean caras… y parece que esto no ha hecho más que empezar, el otro día me dijeron que las entradas de Waits en Amsterdam son de 300 € en adelante!!

  7. alex Says:

    - pues mi próxima concierta, además de ser femenina, va a costar 315 euros la entrada y además será de pésima calidad y mi padre es policia

    - pues mi padre es Franco y la música es uno de los sectores de mayor blanqueo de dinero

    - pues yo yo a mi me la reflanflinfla en los 80 el pop español vivia de las subvenciones de ayuntamientos, comunidades y ecetera porque al concierto en Melilla venian 4 pelaos y pagaban una pasta a los musicos imagínate al manager

    - pues yo a mi más y en un programa en Radio Popular me regalaron unas entradas de Lou Reed en 1979 que como costaban mucho te ibas a Bayona en auto stop y vuelta

    - ya pero yo a mi me acaban de regalar entradas de Nick Cave que costaban 40 euros y la cerveza 9 euros y había decenas de security que tenían microfonos de cable rizado en las orejas como los de los Presidentes de los Estados aunque los del mixer se confundieron y en vez de amplificar las orejas de los secret service va y amplifican unas guitarras y baterias y voces

    - pues yo viendo en los 60 Eurovisión que era gratis en la tele sentía una emoción fuertísima de verguenza ajena y tom waits es peor que Raphael

    - ya pues yo más

  8. kiendamas Says:

    ya….. pero a que no haces una concierta de 316 euros de entrada en eurovisión, con padre franco, blanqueando dinero en melilla (camino a Bayona) con Lou reed, Nick Cave, raphael y el presidente de estados unidos en autostop escuchando radio popular y rodeado de seguratas amplificados con mixer? a que no??

    eso sólo lo hacen los macarenos de “los del rio”!

  9. xabi Says:

    Parece que el esperado batacazo llega….

    http://www.soitu.es/soitu/2008/06/07/actualidad/1212836445_575649.html

Leave a Reply