Ruido diario #51
Alguien debería escribirle un poema de odio a los taladros neumáticos de Barcelona. Hoy, de camino a un almacén, me crucé con al menos tres. Cuando paso junto a los taladros neumáticos, siempre temo que una esquirla de concreto me mate o me deje ciego. Por regla general procuro no mirar. Lo mismo aplica cuando hay muertos en la calle. Animales o personas, da igual. Llevo treinta y un años por ahí y todavía evado los muertos para que no me dejen ciego. Espero que eso no sea un síntoma de algo más grave.
Noviembre 14th, 2009 at 2:57 am
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