Ruido diario #57
Otro episodio de canturreos, obsesivo que soy. Puedo concentrarme y leer tan ricamente en un tren con todo el ruido del mundo. Pero falta que suene una música para que me ponga del hígado y no pueda continuar una línea. Pues más de una vez y más de dos, gracias a los móviles modernísimos que llevan el equipo de música incorporado, he podido disfrutar de los gustos y preferencias de los viajeros, que ahora la muchachada y la viejada han adquirido la sana costumbre de grabarse música en sus teléfonos y, a falta de auriculares, buenos son altavoces, así que nos hacen disfrutar de lo más selecto del panorama musical de aquí y de allá a decibelios pelaos. (…)
Febrero 27th, 2008 at 11:08 am
el otro dÃa en el bar, oÃ, que no escuché, “sarri sarri” como tono de llamada…no sabÃa que se podÃan hacer esas cosas