Ruido diario #31
(…) No sé si ustedes han reparado en ello, pero para mí que la música que se oye en los supermercados, y más aún la que suena en las tiendas de ropa joven, está programada por un sádico. (…) «Mamá, a veces pareces un poco tonta», me ha dicho mi hija Jimena, que trabaja en publicidad y con la que suelo comentar los crípticos misterios de la vida moderna. «Precisamente para eso lo hacen, para marcar el ritmo a la gente dentro de las tiendas. Fíjate bien la próxima vez que vayas al súper; cuando hay mucha gente, ponen música espídica para que el cliente no se eternice delante de las góndolas y, cuando hay poca, la ponen lenta para que se recree ante ellas.» (…) ¿será mi problema simplemente generacional y estaré actuando como nuestros padres cuando decían que los Beatles y los Rolling no eran música sino ruido? ¿O será que, además de estar vigilados por tantos Grandes Hermanos como jamás imaginó Orwell, existe otro GH muy perverso que nos impele a consumir a través del hilo musical?
Carmen Posadas
[grazzie amore di 74!]