Te agrego mucho

Eskerrak badiren iritzi konplexuak hitz laxoekin erraten dakizkiten lumak…

“Te agrego mucho” Por Angel Aldarondo
[noticias de gipuzkoa 2009/10/01]

Ya no eres mi amigo de Facebook. Esas palabras me las dedicó un amigo (ahora ex-amigo digital, creo) el sábado pasado. Yo le recordé que nunca he tenido cuenta en ese sitio, que entre una cosa y otra ya malgasto mucho tiempo en Internet, y que el mundo es muy pequeño para empadronarme en Matrix. Nada tengo en contra de los que se manejan en esas redes, que son casi todas las personas que conozco, pero siempre he pensado que tienen un alto componente exhibicionista. Ya sé que decir eso desde una columna con foto resta credibilidad, pero es que a mí me pagan.

La célebre cita marxista -el del bigote pintado- que decía “paren el mundo que me bajo” es ahora posible: basta con no tener una cuenta en Facebook. Como cada vez me siento más fuera de juego en el mundo analógico, por fin he decidido registrarme, y lo hago con el objetivo más noble: ligar algo. Total, que he tecleado mi nombre en la red y resulta que ya existo. Soy un latino de USA pariente de King Africa cuya máxima aspiración es conocer a Michael Jordan y Paris Hilton, o eso digo en mi Myspace. Pues mira, que me cae bien el fulano y casi que le voy a dejar que suplante mi identidad. Su (mi) gusto por el rap es lo único que no trago, pero como ahora está de moda entre los caucasianos pichacortas escuchar a El Langui, aceptamos pulpo.Lo que menos me seduce de formar parte de esa base de datos amistosos, es el uso y abuso con fines comerciales que puede hacer Facebook, pues conoce tus gustos al dedillo y además tienen derechos legales sobre tus fotos. ¡Y ni siquiera te dejan conspirar contra Obama! Tanto quejarnos del Gran Hermano -el de Orwell, no el de la Milá- y al final somos nosotros quienes nos hermanamos con él para que nos vigile. Terminaré con otro visionario, el Principito: “Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada, compran las cosas ya hechas a los comerciantes; pero como no existe ningún comerciante de amigos, los hombres ya no tienen amigos”. Se acabaron los bares. Nos vemos en las redes.

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