Jerarquías del Rock & Roll
Viernes, Diciembre 29th, 2006Damo Suzuki’s Network en el Guggenheim de Bilbao dentro del MEM
Damo Suzuki’s Network
Los Sound Carriers esta vez fueron:
Haiku Kaiku
Rober!(Atom Rhumba), Murky (Ginferno), Xabel Vegas (Manta Ray), Mikel Abrego (Inoren ero ni), Galder Izagirre (Kuraia, Dut), Kaki Arkarazo (M-ak, Nacion Reixa, Negu Gorriak).
Finalmente los MEM han acabado en el Guggenheim, ¿es ésto bueno o malo?
Buena pregunta, el caso es que lo llenaron. Dejando este debate para otro momento hablaremos del concierto en si.
Los músicos empezaron a entrar uno por uno como suelen hacerlo las estrellas del Rock and Roll, y el caso es que hasta cierto punto lo son. Por un lado están las estrellas del Rock vasco y del indie nacional y por otra el legendario Damo Suzuki de los CAN que tanto ha influenciado a artistas como Mark E. Smith de los Fall. Al parecer Rober! ha sido el encargado de montar la banda de lujo. La puesta en escena era interesante, dos guitarras y tres baterías compartiendo piezas. Al principio se notaba cierta intención, los músicos habían preparado algunas ideas para acomodarse a la voz canina e improvisada de Damo. Esto pretendía ser algo especial pero a medida que el tiempo pasaba, uno empezaba a perder el interés. Las ideas estaban a medias y basadas en clichés del R’n'R, sin llevarlas a ningún conflicto intencional que pudiera producir riesgo. Se notaba que los músicos no podían salirse de los estereotipos de sus instrumentos, ni de las jerarquías típicas del Rock. El cantante como ídolo, el guitarra como cabeza y los demás como base rítmica. La diferencia es que el cantante sí estaba improvisando pero los músicos ibéricos no podían dar ningún paso individual, ya que estaban bajo la vigilancia policial del guitarrista, quien quería dejar bien clara su posición respecto a la situación. Tenían que improvisar pero bajo las estructuras sólidas y rígidas del R’n'R. A diferencia de este género, en la improvisación uno es libre de romper en cualquier momento con la pieza, y los demás músicos tienen que adaptarse a la nueva propuesta. En este concierto sucedió lo contrario, a medida que las ideas preparadas anteriormente se acababan, los músicos parecían más enquilosados y con miedo de meter la pata, hasta al punto que en las últimas piezas se les notaba incluso aburridos, como preguntándose ¿cuándo va a parar la bestia motorizada? Al final, a los músicos se les veía descolocados e incómodos, Rober! haciendo sus clásicos riffs, que los toca bien pero que también tiene sus límites, sobre todo en un contexto tan abierto como era éste. Murky fue probablemente el más interesante pero demasiado camuflado entre las multitud de sonidos. Los baterías se quedaron en una masa uniforme, homogénea y sin sacarle jugo ni al ritmo, ni al espastismo. Como un amigo comentó: Jaki Liebezeit lo podría hacer solo y con mucho mejor gusto. Damo hizo lo que tenía que hacer, se movía como un sapo sin patas y cantaba como una rana enamorada, un animal que necesita sonido como necesidad vital para vivir.