Archive for Abril, 2012

“Gertatzen zait txoriekin mintzatzea, …”

Lunes, Abril 30th, 2012

Mixel Etxekopar, Berria egunkarian

“Gertatzen zait txoriekin mintzatzea, baina nahi nukeen baino bakanago. Txorien mundua, azkenean, bakarrik poetikoki ezagutzen dut, beti haur denborari loturik, ez zientifikoki. Orain musikalki egiten dut lotura hori, eta asumitzen dut egiten dudan txorien musika musika dela. Musikak komunikatzen duen bezala, ni txoriekin komunikatzen naiz. Ihizian ere hasi nintzen, baina ez nuen karrerarik egin, sobera ekologista bainintzen.”

TORTURA#17

Miércoles, Abril 25th, 2012

Unai Romano 01

Sexo: H
Fecha detención: 06/09/2001
Extraído del Testimonio del Caso Unai Romano


(..) El coche me lleva a un sitio que desconozco. Todo el trayecto lo he hecho en silencio y con la cabeza entre las piernas. Nada más bajarme del coche hay unas escaleras, no me avisan y me caigo con las rodillas en ellas. Me meten a un calabozo con pasamontañas y me ponen contra la pared. Tengo problemas para respirar y el guardia civil que me cuida dice que no tengo derecho a respirar.

(..) Todos los interrogatorios los hice con un antifaz puesto en los ojos, de esos para dormir que te cubren los ojos, y por encima del antifaz me ponían un pasamontañas. Cada vez los interrogatorios eran más duros y me llegaron a colocar hasta tres pasamontañas. Yo creo que era para amortiguar los golpes, pero la sensación de agobio era terrible, y no paraba de sudar la gota gorda.

(..) Durante los interrogatorios oí gritos de dolor de otra gente, no sé quienes serían, o si los producían ellos mismo, pero eran espeluznantes. Me imaginé que serían de otros detenidos que estaban torturando al mismo tiempo.

(..) La habitación donde me veía la forense era de dos metros de ancho por 5 de largo, tenía una silla, una pequeña camilla donde estaban sus objetos médicos y un lavabo. Los guardias civiles estaban detrás de la puerta y me imagino que ellos nos oirían a nosotros como nosotros les oíamos a ellos.

(..) Uno de ellos me habla al oído suavemente diciéndome que diga cualquier cosa, que me lo invente, que ese es su trabajo, que yo tengo el mío y que me da 20 segundos para pensármelo o un rato. Luego viene y le digo que no he he- cho nada, se pone histérico y me dice que a partir de ahora le voy a rogar que me mate.

(..) Me ponen los electrodos con una porra eléctrica de las que se ven en la tele (o eso creo yo), en los genitales, en el pene, en la parte superior de la oreja, y lo que es detrás de las orejas. También me ponen la bolsa, y me siguen golpeando.

(..) Los golpes continúan mientras me agarran entre algunos y me empiezan a decir que han detenido a mi madre y que está camino del pantano que está cerca de Vitoria. Los golpes continúan, yo les ruego que dejen a mi madre que nunca ha hecho nada. Me dicen que le están haciendo el “ascensor” en la presa, atada por los pies y en el agua. Se oyen llamadas como que están hablando con los del pantano, uno de ellos pega un grito y se callan todos. Me sientan en una silla y uno de ellos me comunica que mi madre ha fallecido. Todos se callan y hablan bajito, yo no les entiendo. Ya no me golpean.

(..) Me llevan al calabozo y me dejan allí alrededor de una hora. Mi situación es brutal, se me está hinchando la cabeza a una velocidad increíble y ya no veo nada. El pensamiento me juega una mala pasada y me creo lo de mi madre. La cabeza me está quemando y lo único que quiero es salir de allí. De repente viene uno de ellos y me ve que me estoy levantando de la cama. Me dice que me voy a enterar, me pega una petaca y entonces me ve la cara y me dice que me dé la vuelta. Se calla y se va.

(..) La médico forense asustada, pregunta que me ha pasado y que me han hecho. El guardia civil le dice lo de las muñecas, y se va. Me dejan con ella, estoy histérico, no reconozco la voz de esa mujer y no puedo verla. (..) En un momento le comenté a la médico forense lo que me habían hecho, y cuando le dije lo de los electrodos, me miró la oreja y me dijo que la tenía quemada por la parte de arriba, y que detrás estaba hinchada.

(..) A la hora aproximadamente, me meten en un coche y empiezan a hacer tonterÍas mientras nos dirigimos a un lado que no sé. Meten grandes acelerones y luego frenan bruscamente, ponen las sirenas y andan en zig zag. La música la tienen muy alta y paran el coche en un par de ocasiones, se bajan los que van sentados delante y hacen que me abren la puerta, pero luego seguimos hacia adelante. En una de las ocasiones en que hacen un zig-zag, tengo que apoyar la cabeza en el cristal para no golpearme, y noto que tiene una cortina. Siguen haciendo el tonto, metiendo primera, segunda y frenazo, no sé lo que pretenden, pero yo bastante tengo con no dormirme, ando dando cabezadas con- tinuamente.

En una de éstas paramos, y el guardia civil que va a mi lado me pregunta si quiero hablar con la Guardia Civil, le respondo que no y me bajan del coche. Comienzo a oír ruidos de puertas que se abren y se cierran continuamente, creo que estoy en una prisión, pero no me fío. Me sacan dos fotos y me toman las huellas. Me dicen algo al oído respecto a las pertenencias y le respondo que falta alguna cosa, él me responde que eso es lo que tienen. Estoy totalmente ciego y algo atontado y me llevan ante los médicos. Me miran por encima, me preguntan algo y me dicen que me van a poner un apoyo para dormir, ya que no puedo valerme por mí mismo, y me meten en una celda con dos camillas, un baño, un lavabo y una ducha. El apoyo es un colombiano que me ayuda a acostarme, a orinar, y a levantarme de la cama. Me dan otras pastillas y duermo unas horas, según me dice el apoyo. Por la mañana hablamos y me dice que tengo la cara totalmente hinchada, con los ojos negros y todo el resto morado, menos la punta de la nariz y los labios que tienen un color normal.

TORTURA #16

Lunes, Abril 23rd, 2012

Edad: 29 años
Sexo: M
Fecha detención: 24/08/2001 / Barcelona
Extraído del informe TAT 2001

Me hacían la bolsa hasta que me quedaba sin respiración, me golpeaban en la cabeza. En ocasiones me colocaban dos bolsas, y comenzaron los gritos y las amenazas.
Cuando me sacaron de la furgoneta me llevaron por un pasillo. Había un “comité de recepción”, “hum, que tetitas, como a mí me gustan…”. Mientras uno me tocaba el pecho los demás se reían.
Hacían ruido con las bolsas mientras me ponían rollos de bolsas en las manos. Me colocaron contra la pared y me daban patadas en el culo, con la cabeza contra la pared. Me sentaron, me ataron las manos y las piernas con goma-espuma y celo. Comenzaron con la bolsa, cuando rompía una me colocaban otra, dos… Me golpeaban en la cabeza con algo duro. En ocasiones me obligaban a contar los golpes. Llegué a notar cómo me caían unas gotas por el cuello, pero no sé si sería sudor o sangre, aunque me parecieron gordas para ser sudor.
Me obligaron a desnudarme y mientras estaba sentada me golpeaban en la cabeza, en el estómago, me hacían la bolsa, me tocaban el pecho con un palo. (..) De nuevo me obligaron a desnudarme y me propusieron que o me masturbaba yo o lo hacían ellos. Les dije que lo hiciesen ellos. Me tumbaron en una mesa con las piernas abiertas entre gritos, preguntas y tocamientos, sobre todo en las piernas hasta los muslos. Dos veces llegué a orinarme cuando me golpeaban tan violentamente.

TORTURA #15

Lunes, Abril 23rd, 2012

Edad: 20 años
Sexo: H
Fecha detención: 20/03/2001
Extraído del informe TAT 2001

Me llevaron a la comisaría de Indautxu. (..)  Me interrogaron durante un espacio corto de tiempo, y me trasladaron a Madrid. En el trayecto me obligaron a ir con la cabeza agachada y esposado a la espalda. Fueron constantes las ame- nazas hacia mi persona y hacia mi familia.
Llegamos a Madrid y seguido me llevaron al primer interrogatorio. Me tiraron al suelo mientras me gritaban, me tumbaron encima de una mesa, me abrían las piernas y me sujetaban los brazos mientras me golpeaban en los testículos. Me golpearon, me tiraron al suelo, me golpeaban contra la pared… Me golpeaban, paraban, comenzaban las amenazas… Tuve muchos interrogatorios, eran constantes…
Entre interrogatorio e interrogatorio casi no podía descansar, y no pude dormir nada porque se oían pasos, se oía cuando iban a sacar a otros detenidos a interrogar, la puerta como chirriaba, a veces oía como interrogaban a otros…
Realicé una declaración, pero me obligaron a firmar otra. Me llevaron a otra habitación, me agarraron del cuello, me tiraron al suelo y me obligaron a firmarla entre amenazas. Después me metieron en la celda, y entró un policía. Me dijo que me iban a llevar donde el juez, pero que ya me dirían lo que tenía que declarar entre continuas amenazas…
La cara de dos de los policías que me interrogaron es algo que no se me va a olvidar nunca.

TORTURA #14

Lunes, Abril 23rd, 2012

Edad: 19 años
Sexo: H
Fecha detención: 04/09/2001
Extraído del informe TAT 2001

Empezaron los interrogatorios. (..) Estaba todo el rato de pie, contra la pared y encapuchado. Estaba desnudo y me empezaron a rociar un líquido por las piernas. Me decían “¿oyes esto?” y me ponían los electrodos al lado del oído. Oía como ruido de chispas y noté como un pinchazo en la ingle, luego en el brazo mientras me amenazaban diciendo que aquello no era nada y que ya vería cuando subiesen el nivel. Cuando me veían que estaba bastante flojo me llevaban al calabozo y me tenían contra la pared mirando al suelo y con las manos detrás.
Los interrogatorios eran constantes y los golpes en la cabeza. Había menos tensión cuando venía un policía “de bueno” diciéndome que colaborase, que sería mejor. En los cuartos continuos había más detenidos. Me llevaron donde otro detenido para que nos inculpásemos, estábamos enfrente, pero no nos veíamos, eso fue lo más duro. Me llevaron a otro cuarto, me pusieron una bolsa por encima de la capucha y apretaron. Noté  cómo se nublaba todo, me empecé a caer, me agarró uno. Me llevaron donde otro.
Los dos primeros días fueron con interrogatorios constantes. Los dos últimos también fueron duros, no me dejaban dormir, se oían gritos. Me sentía una mierda, que no valía nada. Prefería estar yo fuera antes que oir los gritos.

TORTURA #13

Lunes, Abril 23rd, 2012

Edad: 35 años
Sexo: H
Fecha detención: 23/03/2001
Extraído del informe TAT 2001

En Madrid comienza la primera sesión de tortura. Me ponen la bolsa, mientras yo estoy todo el tiempo con los ojos tapados. Me ponen una bolsa hasta asfixiarme y si con esta no lo consiguen me ponen una segunda bolsa, hasta ahogarme.
(..) En una sesión estaban muy enfadados y me golpearon sin parar. Me pusieron la bolsa y dos guardias me golpeaban sin parar. Con las dos manos me agarraron de las orejas y me levantaban del suelo. Desde entonces oigo menos del oído izquierdo. En otro momento me mojaron todo el cuerpo y me aplicaron los electrodos.

TORTURA # 12

Viernes, Abril 20th, 2012

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TORTURA # 11

Miércoles, Abril 18th, 2012

I.A.L.
1994


Me metieron en un furgón, esposado a la espalda. Fue un viaje muy duro ya que no nos dieron nada de comer ni de beber, además tenía ganas de orinar. El viaje se me hizo muy largo y duro.

Llegamos a Madrid y el recibimiento fue apoteósico. Había un montón de guardias civiles metiendo mucho ruido, lanzándonos insultos y amenazas. También me empujaban y daban golpes al pasar. Debíamos llevar la cabeza agachada.
Pasé mucho miedo. Subí unas escaleras y me llevaron a un departamento. Me hicieron unas cuantas preguntas, pero no me pegaron. Después me llevaron abajo, y allí sí que fue duro. Ellos me hacía un montón de preguntas, pero yo no conocía la respuesta. Me ataron las manos a la espalda y los tobillos con una cinta adhesiva. Comenzaron a golpearme con la mano abierta en la cabeza y en la cara, de abajo hacia arriba ya que yo estaba con la cabeza agachada todo el tiempo. En un momento dado, me colocaron una bolsa de plástico en la cabeza. Me la apretaron en torno al cuello y me iba quedando si aire. No perdí el conocimiento, pero estaba muy mal. Me hicieron la bolsa dos veces. Un poco más tarde, trajeron una máquina que al pasármela por la espalda me daba calambres. No sentía mucho ya que me habían golpeado bastante. Después me pasaron la máquina de electricidad por la espalda, por las nalgas y en el pecho, levantándome la ropa para aplicármela. La máquina era un rectángulo más grande que un paquete de tabaco del que salían dos especie de antenitas. Al principio los calambres eran suaves, pero fueron creciendo en intensidad. Yo estaba colocado a una distancia de unos 2 metros de la pared, con la cabeza agachada. Cuando me pasaban esa máquina, debido a la descarga que sentía daba un salto y me golpeaba con la cabeza contra la pared. Mientras duraba todo este interrogatorio, me iban dando golpes sobre todo en la cabeza y con la mano abierta, amenazas, insultos… También tuve que hacer un montón de flexiones, ponerme de pie y bajar hasta cuclillas, casi hasta la extenuación. No sé. Duraría unas cuantas horas. Había perdido toda la noción del tiempo.


Estaba muerto de miedo.

Me volvieron a bajar, y me hicieron otro interrogatorio, pero esta vez estaba solo. Me dieron más golpes y me pasaron otra vez la máquina de los electrodos. Eran golpes dados con la mano en la cabeza y patadas de cintura hacia abajo. Vino alguien que parecía ser jefe y me dijo “Ahora ya vas a ver tú, hijo puta”. A partir de aquí fueron todo preguntas, una detrás de otra.

Le vi muy mal. El estaba mirando contra la pared y yo me mantenía en el otro lado de la celda. Me dijo que había oído como si a alguien le hubiesen puesto la bolsa y le hubiese dado un infarto o algo al corazón. Estaba muy nervioso. La luz estaba continuamente apagada. Otra vez me metieron en la celda con otro chico …
Estando en las celdas, lo peor eran los ruidos que se oían: abrir y cerrar la puerta, golpes…

Me metieron y me sacaron un montón de veces de la celda para hacerme interrogatorios. Yo sabía que había más gente detenida porque oía más ruidos. Una vez oí golpes, como si a alguien le golpearan contra la pared. Eran golpes secos.


En estos interrogatorios no me pegaron fuerte ya que estaban preocupados por no dejar marcas.

En una ocasión, me metieron en un coche y me llevaron a otras dependencias. La música estaba muy alta. Yo llevaba la cabeza agachada. Allí me hicieron unas preguntas, me tuvieron unas cuantas horas, y después me devolvieron al otro edificio.

Antes de pasar ante el juez, el último día, estuvieron tres guardias civiles conmigo, presionándome para que no declarase haber sufrido torturas. Me decían que tenían a mi hermano, que sabían dónde vivía yo y dónde vivía mi novia… Yo estaba muerto de miedo. Me decían que tuviese cuidado con lo que hacía tras quedar en libertad, que no denunciase torturas, que ya volverían ellos porque sabían dónde vivía y no me iban a dejar vivir en paz.

Me llevaron a declarar a la Audiencia Nacional. En el furgón de traslados y luego en los calabozos del juzgado pude ver a otros detenidos. Ante el juez Carlos Bueren, no dije que me habían torturado ni el trato que había sufrido ya que sabía que mi hermano seguía detenido, y pensaba que mi padre también podía estarlo. Así que me entró mucho miedo. Pero lo que más me fastidió fue la conducta del juez. Veía cómo estaba, pero no hacía nada. Además decretó mi ingreso en prisión incomunicada, y en la cárcel de Carabanchel me metieron en aislamiento en un módulo celular.

La tortura física es dura, pero más lo es lo que hacen psicológicamente. El modo tan violento en el que entran a casa, las amenazas, algunas frases que dicen, todo eso se queda grabado en la mente y lo vas recordando aún cuando quedas en libertad. Cuesta salir adelante. Además ellos sabían que yo no tenía nada desde un principio.

TORTURA # 10

Lunes, Abril 16th, 2012

A.E. y L.E. 2011

“¿Te suena?, ¿Has oído alguna vez cómo torturamos?, ¿Te lo crees?”


“Me sentaron y me estrugían el cuello apretando la bolsa. Una locura. Parecía que estaba dentro de un altavoz. Muchísimos guardias alrededor, puños y bofetones impresionantes, amenazas, gritos… ”

Recuerda que todavía fue «mas dura» la segunda sesión, cuando le aplicaron «la bolsa» constantemente. Según denunció ante su letrada, cuando comenzó a desplomarse por la falta de oxígeno lo enrollaron en gomaespuma y siguieron con la misma práctica. Contó que diferenció cómo dos grupos de tres o cuatro guardias civiles se turnaban en cada sesión. Ante Grande-Marlaska, Etxeberria no se atrevió a denunciarlo, creía que podía volver a comisaría.

Tal fue la magnitud de lo sufrido que se sintió como si hubiera fallecido treinta veces.

E. notaba que había «mucha gente» en comisaría, escuchaba a su hermano y en un momento le llegó a parecer que estaba viendo a sus dos sobrinos pequeños, aunque era consciente de «cómo funcionan» y que no podía ser real.

http://www.gara.net/paperezkoa/20110418/260877/es/Aitor-Esnaola-sintio-comisaria-si-hubiera-fallecido-30-veces

www.berria.info/dokumentuak/dokumentua428.pdf

TORTURA # 9

Domingo, Abril 15th, 2012

H.A.L.
Fecha detención: 1994


Una vez hecha la primera declaración policial me llevaron a la celda para al de un rato sacarme de nuevo. Me llevaron arriba, lo cual suponía que me iban a poner a caldo. Parece ser que la habitación de arriba estaba ocupada ya que me metieron en otra que estaba en la parte de abajo. Aquí me tuvieron toda la noche a golpes. Empezaron con los golpes en la cabeza y luego siguieron con tirones de pelo. Me sentaban y me levantaban a golpe de tirones de pelo. Esto duró muchísimo rato. Todo el tiempo gritaban, se ponían cerca del oído y gritaban lo más alto que podían una y otra vez. Llegaron a ponerme una especie de alarma en los oídos que hacía un ruido ensordecedor. Los tirones de pelo no cesaron. Me pusieron de pie y me obligaron a realizar flexiones de cuclillas, de pie, de cuclillas. Así durante un tiempo. Yo estaba medio mareado y un par de veces perdí el equilibrio. Un guardia civil estaba agachado y me decía que si me caía me iba a levantar agarrándome de los testículos. Me hicieron escribir textos y firmar papeles en blanco. Me decían una y otra vez que me iban a tirar desde un helicóptero. Siguieron con los tirones de pelo y siguieron agarrándome de los testículos. Cuando se aburrieron de agarrármelos me empezaron a tirar del pelo de los genitales. El brazo tampoco me lo dejaron en paz, es más se ensañaban retorciéndomelo una y otra vez. En un momento dado me pusieron un aparato en los genitales que hacía ruido.

T.A.T. 1994