AUTOERREGISTRUA OBRA TERNARIA DE EDORTA IZARZUGAZA
Domingo, Noviembre 18th, 2007Edorta Izarzugaza nos deja bien clara su trayectoria a un mismo tiempo que apunta posibles direcciones para trabajos futuros. Quienes hemos ido siguiendo el rastro de este músico bizkaino sabemos que el suyo ha sido un camino de costosa búsqueda y descubrimiento. Y, tal vez, más que en el caso de otros creadores. Sé de hace mucho que el valor de la obra artística, no reside tanto en el producto final como en el proceso creativo, en el camino de lucha con uno mismo y las posibilidades. Hay personas muy capaces de generar a ritmos desenfrenados “productos”; a estas el camino no suele resultarles tán áspero y trabajan por acumulación. Hay otras en cambio (y en medio, por supuesto, una gran variedad de actitudes mixtas; caracterizo los extremos por economía) que viven el proceso más lentamente, con mirada más microscópica, y para quienes recorrer el camino resulta una tarea llena de posibilidades, tantas como dolores caven en la cabeza. En el caso de Edorta Izarzugaza, me atrevería a decir que la vivencia del proceso es de este último tipo; que le resulta mucho más difícil, o si se quiere, sufrido (considerando este sufrimiento en un sentido positivo dentro del marco de la creación) lograr obras con las que se sienta realmente satisfecho. AUTOERREGISTROA es desde esta perspectiva una obra muy interesante ya que puede ser entendida como señal de un proceso vivido arduamente, como reflejo de una evolución personal. Con un significativo juego de palabras entre AUTORETRATO (el clásico género de onda tradición en el mundo del arte) y ERREGISTROA (en alusión al registro, a la “grabación” que apunta al campo de los tecnológico-sonoro), y un interesante trabajo de portada y contraportada (donde muestra, como si del documento de una Performance se tratara, una acción con elementos muy cercanos a su mundo cotidiano del trabajo) empieza la escucha a estar claramente orientada hacia la introspección. Tratando de mantenerme al margen de etiquetas fáciles para llamar a las formas de trabajar el sonido, creo que lo más acertado sería hacer énfasis en el hecho de que en las tres composiciones que forman el disco se observa un desplazamiento claro desde un punto más intuitivo e improvisatorio hacia otro momento más analítico y calculado. Y es que los títulos mismos de los trabajos lo indican. El de la primera, GORDINIK, que en euskera significa “crudo”, nos apunta perfectamente la crudeza en la forma de hacer. En clara alusión a una más intuitiva y desnuda improvisación como recurso creativo, este tema está grabado en una acción en directo ejecutada en la sala Rekalde de Bilbao dentro de la instalación sonora de Ernike Urtado de IXI software. ONARPENA (“reconocimiento”), se trata de una pieza bastante distinta aunque con fuertes reminiscencias aun al tipo anterior. Sin despegarse del todo de cierto sabor a improvisación, la pieza está concienzudamente compuesta introduciendo grabaciones de campo en un calculado juego donde se percibe una total intencionalidad en cada uno de los sonidos. Como si de un viaje submarino se tratara va desplazándose desde sonidos más ruidosos y distorsionados, pasando por un paisaje de atmósferas cromaticamente muy variables hasta llegar al final de la misma, donde introduce sonidos solfeísticamente tradicionales a través de los acordes de una guitarra eléctrica. Esto me lleva a pensar que, tal vez, el titulo indique un reconocimiento del camino que esta siguiendo, de ese desplazamiento hacia formas más “musicales” que, (no por capricho consciente, sino por exigencias del deseo creativo) le llevan a un punto donde debe reconocerse necesariamente para poder continuar. BIDE GURUTZEA, encrucijada, podría leerse como un intermedio entre esos dos caminos de las piezas anteriores. Como una dubitativa pausa frente a dos posibles caminos; el de la más intuitiva y fresca improvisación y el otro mas analítico y calculado de la composición de estudio a base de materiales previos. Y no es casualidad que, si GORDNIK estaba grabada en una acción en directo, y ONARPENA era una composición de estudio, BIDE GURUTZEA sea un intermedio, una mezcla de ambos caminos. Por lo que he podido saber, se trata de una pieza compuesta (esto es, calculada y medida) pero a un mismo tiempo preparada para ser llevada al directo, con los amplios márgenes para la improvisación y la ruptura de lo previsto que todo directo de este tipo de músicas suponen.
En cualquier caso un disco que merece la pena escuchar para acercarse y entender caminos futuros en la obra del músico bermeano.
Victor Elorduy