[ Diario vasco 10/2/2007 ]
ELIXABETE ETXEBESTE Musicóloga e investigadora
«Oteiza comparte con la música la espiritualidad»
La donostiarra ha conseguido la beca Itziar Carreño de la Fundación Museo Jorge Oteiza
MAR�A JOSÉ CANO/dv
El proyecto Oteiza y la música de esta musicóloga e investigadora donostiarra ha despertado el interés de la Fundación Museo Jorge Oteiza, que le ha otorgado una de sus Becas Itziar Carreño.- ¿Qué le llevó a centrar su investigación en el escultor Jorge Oteiza?
- Lo escogí por gusto, pero también porque los temas que siempre me habían interesado eran los espacios, el vacío, el silencio y, sobre todo, la espiritualidad. La del arte siempre me había atraído. Con Oteiza todo esto resulta redondo. Arantzazu, por ejemplo, es una referencia como espacio sagrado y es una razón más que me ha empujado a escoger a Oteiza. Comparte con la música muchos aspectos, pero subrayaría el de la espiritualidad.
- Su proyecto de investigación se titula ‘Oteiza y la música’. ¿En qué consiste exactamente?
- Siempre he analizado la relación que existe entre las artes. Si observamos el panorama artístico que existe hoy en día, se ve que se mezclan muchas disciplinas. La música aparece en vídeos, en performances, en exposiciones de pintura… Las disciplinas se unen para formar un objeto artístico y en este sentido, Oteiza me parece un ejemplo, aunque lógicamente puede haber más.
- ¿La interdisciplinariedad de las artes es una constante hoy en día?
- Sin duda. Se transporta arte de unas disciplinas a otras. Ahora hay objetos de adorno de diseño y uno se pregunta para qué quiere el ser humano el arte. Los museos parecen galerías, éstas tiendas, y se nos olvida que aunque el diseño tiene un objetivo funcional, el arte no debe tenerlo. Lo que tiene la unión de disciplinas es que relacionadas tienen más capacidad de conmover. Es más fácil llegar al espectador con un producto hecho con varias que con una sola. Por ejemplo, si un libro te aburre, lo cierras; si una escultura no te gusta puedes cerrar los ojos, pero si los unes, como en el cine, van de seguido, no se detienen. Actualmente se hace mucho esto.
- En el caso de Oteiza, ¿la relación se aprecia con facilidad?
- Yo creo que sí. Volviendo al ejemplo de los apóstoles de Arantzazu, Oteiza consigue que unas figuras tremendas y pesadas estén en movimiento, como bailando. Para apreciar eso no hay que saber de arte. Si miras las esculturas de abajo hacia arriba hay una especie de ascensión. Lo único que hay que hacer es dejarse llevar, porque es muy palpable esa creación de espacio espiritual . Oteiza tiene un valor intuitivo realmente importante.
- Siguiendo con la relación entre las artes, ¿hay además de Oteiza otros artistas que se relacionen con la música?
- Hay muchísimos ejemplos. Ahora mismo estoy leyendo una tesis cuyo título es Música congelada que estudia la relación que hay entre la arquitectura y la música, desde un contexto contemporáneo, pero echando la mirada atrás, hay muchos nombres desde Pitágoras. Esta relación es tan natural como el hecho de que al entrar en una catedral te impresione más el propio espacio que el estilo, o sus elementos figurativos. En el minimalismo, por ejemplo, los primeros que lo escuchaban eran artistas plásticos. En el caso de Oteiza, su relación con la música resulta curiosa por el consumo que hacía de ella, pero eso es en realidad lo de menos. De hecho, su trabajo está inspirando a muchos compositores actuales. Creadores como Ramón Lazkano han encontrado su fuente de inspiración en la obra de Oteiza.